MI PLAN DE PARTO

Antes de quedarme embarazada, ya tenía claro que no quería tener un embarazo que fuera tratado como una enfermedad. Ni ser víctima  de inoculaciones de miedos por parte de equipos médicos, ni someterme a comparativas y mediciones alarmistas. Mi intención era clara, quería un embarazo y un parto sin medicalizar. 

Ya tenía mi propio miedo al parto, no necesitaba más miedos ajenos. Y tenía claro que necesitaba sentirme segura y en confianza.

Tenía miedo por todo lo que había escuchado en mi vida en torno a él. Dolor, hospital, médicos, dureza, y sobretodo silencios. La sensación a lo largo de mi vida que cuando preguntaba por los partos a las mujeres sentía que había cosas que no contaban, que no estaban en el escueto relato. “Luego se te olvida” cosas asi escuchaba. “¿Como que se te olvida? A mi no se me olvida nada, pensaba yo…” Ahora puedo darme cuenta que esto era lo que me daba más miedo, esa desconexión. O la experiencia contraria, el único relato que si había escuchado, era la historia del parto traumático de mi madre al nacer mi hermana, relato que ya me impacto en mi infancia y me siguió acompañando hasta que yo parí y desapareció. De hecho cuando yo estaba embarazada y le preguntaba a mi madre por mi nacimiento, ella automáticamente me hablaba del de mi hermana.

Con este “panorama” previo, mi necesidad era clara, necesitaba sentirme segura.  Quería una atención humana, que atendiera el proceso de forma integral, por supuesto considerando tan importante el cuidado de lo emocional como de lo físico, que para mí son inseparables. Y por supuesto poder vivir este proceso siendo yo la protagonista, tomando las decisiones, informándome, aprendiendo, conociendo las opciones, buscando recursos y apoyos que facilitaran el proceso y poder disfrutarlo. Y así lo hice.

Sabía que esto no me lo iban a proporcionar los recursos públicos, por desgracia!!!! Y yo misma, totalmente por el ámbito privado, y gastando mis ahorros (y los de mi pareja) invertí en este viaje, me proporcioné los recursos y apoyos que necesité para sentirme segura y acompañada.

Elegí la Ginecóloga con la que quería llevar el embarazo y parir, me busque una Doula que me acompañó en todo el proceso, recibí Terapia Corporal para ir cuidando mi cuerpo, Preparación integral al Parto y Apoyo en grupo mediante el Movimiento y la Voz, continúe con mi proceso de Psicoterapia, y me acompañé y me apoye en Mi misma.

Todo este proceso lo hice junto a mi pareja que me apoyó en lo que yo iba necesitando, y se puso al servicio de mi embarazo. Y juntos hicimos este camino, siendo para el también muy importante sentirse respaldado y apoyado en sus propios miedos y necesidades.  

LOS RESULTADOS

Con todo este equipazo y este proceso de apertura, autocuidado y conciencia en el que me sumergí,  el resultado fue un embarazo acompañado desde la salud y la alegría. Un parto respetado y acompañado en lo emocional, en lo físico y en lo mental. Un postparto cuidado y con conciencia y apoyo en las dificultades

Y ENTONCES LLEGA LA CRIANZA

Ahora estoy enfrentándome a la crianza con la misma conciencia, buscando recursos, apoyos, sinergias, creando… y dándome cuenta que es difícil, y que no es cosa mía que sea difícil.

El contexto no ayuda, más bien dificulta. La ciudad, la forma de relacionarnos,  la familia nuclear heterosexual urbana se queda cortísima en el proyecto de cuidar la vida.

La invisibilización del trabajo de cuidados, la organización social y del trabajo no contempla la crianza, en esta sociedad individualizada y alejada de la infancia y lo humano, y de lo vulnerable. Parece que hay una idea mágica de que las criaturas crecen y se cuidan solas. “¿Ya estás trabajando?” te preguntan…Cuando no he trabajado tanto en mi vida en el trabajo de criar, jornada completa de noche y de día.

Así que en la crianza voy equivocándome, pasándome, no llegando, no sabiendo que necesito, que es mejor para mi, que deseo, desde que parte lo deseo, como combinar ser mujer y madre, las presiones, la falta de tiempo propio, las contradicciones… Atravesando el cambio de identidad que trae la maternidad, el duelo de la que eras antes, la renuncia, la soledad, la incomprensión de fuera.

Junto con la entrega y el amor, ese amor como torrente que me atraviesa y me guía, la felicidad enorme que me trae el cuerpo de mi cachorra, su sonrisa, sus lagrimas, su piel, sus cambios. La alegría inmensa que ha traído a mi vida.

En la crianza no pude hacer “plan de crianza”. Tendríamos que hacerlo. Contempla aspectos y variables que se nos escapan de las manos. Imposible juntar ahorros para proporcionarme una crianza segura y nutrida para madre, criaturas y familia. Es un tema político, legislativo, económico y social. Total na!

¿Y ENTONCES CÓMO ME ACOMPAÑO? ¿QUÉ CLAVES ME AYUDAN EN EL TORBELLINO DE LA CRIANZA?

APOYO PARA LA CRIANZA: ATENCIÓN!!!!  RECURSO IMPRESCINDIBLE

Crear redes de apoyo en el postparto y la crianza, donde hay más abandono y confusión, donde el fenómeno es más complejo, donde el enfoque de género y el feminismo tienen mucho que aportar.

La experiencia subjetiva de la maternidad está imbricada en un contexto, no depende de nuestra gestión como madres, es un tema comunitario, cultural y social, donde el apoyo grupal es imprescindible.

Desde mi propia experiencia personal, juntando todo lo que soy, psicóloga, feminista, experta en género, terapeuta corporal, madre, mi actual misión, además de ofrecer Apoyo individual, para acompañar la gestión personal del proceso, es ofrecer:

ESPACIOS GRUPALES DE APOYO, CUIDADO, EXPRESIÓN Y REFLEXIÓN

Teniendo como objetivo el apoyo emocional y El cuidado del cuerpo para madres y padres en espacios compartidos con lo/as  hijos/as en la nueva realidad de la crianza, donde el cuerpo, el descanso y el disfrute tengan un papel protagonista, he creado:

Teniendo como objetivo crear Espacios de reflexión sobre el cuidado desde la perspectiva de género.

Y con el fin de cuidar y respetar ritmos, decisiones y procesos: